jueves, 3 de mayo de 2012

Terremoto de Lorca... casi 1 año después...

Esta mañana en la cadena SER de Lorca que sigo en facebook (como a otros muchos medios de comunicación) han entrevistado al decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Murcia. El motivo es que han hecho una investigación sobre el impacto psicológico de los terremotos de Lorca del pasado 11 de mayo

Como hago siempre que veo algo relacionado con el tema, lo he escuchado. Además, éste aspecto en concreto, el de los niños, me interesa bastante. Y no he podido evitar recordar aquellos días... Hasta ahora no había escrito nada en este blog sobre el 11 de mayo del 2011, pero se acerca la fecha y, antes o después, tocaba.

La misma noche de los terremotos, el equipo directivo del colegio nos avisó que al día siguiente no habría colegio. No habría clase hasta nueva orden. No sabíamos en qué condiciones estaba el centro y la mayoría de nosotros (incluídos alumnos y familias) estábamos ya a esas horas desplazados en pueblos de alrededor. Yo, concretamente, con lo puesto en una casa de campo en Purias. 

Cuando ocurrió el segundo terremoto, el gordo, yo estaba saliendo a la calle y me dirigía a encontrarme con mi madre que me esperaba en una zapatería del centro. ¡Boooom! Corrí... y corrí... Miraba a mi alrededor y mucha gente se había quedado paralizada. Fue algo que nunca he conseguido expresar tal y como la sentí. Horrible. 

Me paré frente a la puerta de un instituto. No sabía qué hacer. ¿A dónde iba? ¿A las pistas del instituto? Recordaba que alguna vez oí que había que ir a sitios amplios. ¿Y mi madre? ¿Dónde estaría mi madre? En medio de la Avenida... Eso era una ratonera... La gente se bajaba de los coches, otros andaban entre ellos sin importar que los pudieran atropellar... Mujeres en zapatillas salían de los edificios con los niños y los perros,... Todos buscaban a los suyos... ¿Y mi madre? Habían pasado unos 3 o 4 minutos y aún no sabía qué estaba pasando. Ví a mi primo a lo lejos y fui corriendo hacia él. Había salido de su trabajo para buscar a sus padres. Le dije que no encontraba a la mía. Se marchó prometiendo volver a por nosotras cuando supiera que sus padres estaban bien. Me volví a quedar sola. Y en seguida la vi. Una más que caminaba entre los coches... asustada... Nos abrazamos y fuimos a ponernos a salvo. ¿Y si había otro? Cuando estuvimos en una zona amplia pero llena de gente unos amigos aparecieron con su coche y nos ofrecieron su casa de Purias. No sabíamos qué hacer. ¿Y mi padre? Trabajando... ¿Dónde le habría pillado? Él suele arreglar averías. ¿Dónde estaría? Los móviles colapsados, no había linea. Sólo recibía mensajes con llamadas perdidas de gente que intentaba contactar contigo. Caos. Y empezaron a oírse voces que decían que había fallecidos... Me quería ir de allí. 

Nos fuimos con ellos a su casa de campo y cuando llegamos conseguimos hablar con mi padre. Estaba bien e iría cuando pudiera. Cuando por fin llegó creo que me sentí aliviada por primera vez en mucho rato. Y gracias a que mi hermano vivía en Murcia por aquel entonces y sabíamos que estaba bien. Pero él estaba asustado, no lograba contactar con nosotros y lo estaba viendo por la tele. Hasta que no dio con nosotros dice que fue horroroso.

Y ahí pasamos la noche... porque de dormir, nada. 

Y no hubo colegio al día siguiente ni al otro. Ni jueves y viernes. Aquello ocurrió un miércoles. Jamás lo olvidaré. Al día siguiente pudimos sacar los coches del garaje y nos instalamos en nuestra casa de veraneo. Y retomamos las clases el lunes. Mi colegio fue de los menos afectados. Pero fueron pocos alumnos. Normal. La mayoría se había tenido que ir fuera con sus familias. Recuerdo que estaba deseando ver a los niños. Algunos padres me llamaron ese fin de semana para ver cómo estaba. Cuando los vi los abracé fuerte y hablamos de lo ocurrido. Había que afrontarlo. A los pocos días tuvimos en el centro un equipo de psicólogos que nos ayudaron bastante. Hicieron varias actividades con los niños y con los maestros y muchos reconocimos el trauma que aquello nos había causado. Imagino que como a cada lorquino que vivió aquello.

Pero somos fuertes y un año después ahí está Lorca, levantándose como puede y como le dejan. Por todo esto y porque nunca olvidaremos ese horrible día, me he interesado en escuchar esta investigación de los Psicólogos de la UMU. Os dejo el enlace por si queréis escucharla.

Y desde aquí, desde otro sitio que no es Lorca, quiero hacer mi pequeño homenaje a mi pueblo, a mi gente.  Porque hemos sabido levantarnos. Porque seguiremos adelante.




2 comentarios:

  1. Que disparate!. Como lo he vuelto a revivir todo otra vez. Yo no lo superaré nunca. Espero que tu si lo hayas hecho. También quiero hacer una entrada pero no se cuando. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Es difícil superar una cosa como esta, pero lo llevamos como podemos. También es verdad que para como estaba hace unos meses ahora no hay color. Tenía pesadillas prácticamente cada noche, ahora muy de vez en cuando, los ruidos me sobresaltaban (como a cada hijo de vecino lorquino), notaba más terremotos a cada minuto,... Y ahora me he vuelto muy miedosa. No me gusta quedarme sola en casa y pienso demasiado todo lo que voy a hacer... Pero ya te digo que hace pocos meses aún no estaba tranquila en la casa de mis padres de Lorca, me temblaba todo. Yo recibí ayuda psicológica del equipo de psicólogos que fue a mi colegio y me ayudaron bastante. Espero que tú y los tuyos podáis llegar a un estado "normal" cuanto antes, porque está claro que esto siempre lo recordaremos.

    ResponderEliminar